La Santa Sede trabaja en la agenda definitiva del primer viaje que podría incluir una visita a la isla de Lesbos, símbolo de los refugiados. También aseguró que tiene en mente dos viajes que todavía no puso en marcha, que son «el Congo y Hungría».
El papa Francisco irá en el primer fin de semana de diciembre a Grecia y Chipre, en su último viaje del año, mientras que para 2022 planifica su primera gira como pontífice por Oceanía, según reveló en diálogo con Télam en el Vaticano.
Cerca de cumplir 85 años en diciembre y mientras avanza con la recuperación tras la intervención de colon a la que se sometió en julio pasado, Francisco ya diagrama el cronograma de viajes para 2022, que seguirá la línea de los 34 que ya hizo como pontífice, con preocupación por las denominadas «periferias» y atento a la situación de los refugiados.
«El primer fin de semana de diciembre voy a ir a Grecia y a Chipre», aseveró Francisco antes de reconocer que la Santa Sede «está trabajando» en la agenda definitiva del viaje que, según los planes del Vaticano, podría incluir una visita a la isla de Lesbos, símbolo de los refugiados.
Francisco, de hecho, ya visitó Lesbos en abril de 2016 en un histórico viaje en el que fue acompañado por Télam a bordo del avión papal y en el que, en el vuelo de regreso a Roma, transportó a 12 personas refugiadas, integrantes de tres familias sirias.
Francisco aseguró también durante la entrevista que para 2022 planea visitas a países de África y Europa, además de una gira a Oceanía que sería su primera visita como pontífice a ese continente.
«Por el momento tengo en la cabeza dos viajes que todavía no los puse en marcha, que son el Congo y Hungría», adelantó.
La última visita de Francisco a un país africano fue en 2019, con una gira por Madagascar, Mozambique y Mauricio, mientras que en septiembre de este año visitó la capital húngara, Budapest, para participar de la misa de cierre del 52 Congreso Eucarístico Internacional.
«Además, todavía tengo que pagar la cuenta atrasada del viaje a Papúa Nueva Guinea y Timor del Este», agregó el Papa, en referencia a la visita programada originalmente para 2020, pero suspendida por la pandemia de coronavirus.
Este año, el Papa visitó también Irak, en marzo, y Eslovaquia en septiembre, tras un 2020 sin viajes fuera de Italia a causa de la pandemia.
Los nuevos viajes en agenda siguen la misma línea que marcó las visitas a 54 países en sus casi nueve años como pontífice.
Apenas dos semanas después de ser elegido, durante la Misa Crismal del 28 de marzo de 2013, el entonces flamante Papa dejaba ya clara su predilección por una Iglesia que pueda llegar a «los bordes de la realidad, cuando ilumina las situaciones límites, las periferias».
«Hay que ir a la periferia si se quiere ver el mundo tal cual es», argumentó el Papa sobre su forma de viajar en el libro Soñemos juntos, en el que agregó: «Siempre pensé que uno ve el mundo más claro desde la periferia, pero en estos últimos siete años como Papa, terminé de comprobarlo. Para encontrar un futuro nuevo hay que ir a la periferia».
Entre los destinos «periféricos» que ha elegido Jorge Bergoglio, además de su histórico viaje a Irak en marzo pasado -en el que se convirtió el primer pontífice de la historia en pisar Bagdad-, el Papa también llegó con su mensaje de paz y amistad a países como Filipinas, en 2014, luego del mortífero paso del tifón Haiyan.
Con igual espíritu viajó en 2015 a República Centroafricana, a donde fue para animar el proceso de diálogo entre las fuerzas políticas del país. Allí decidió inaugurar el denominado Año Santo dedicado a la Misericordia, en vez de hacerlo desde la central Roma.
Dos años después, se convirtió en el primer Papa en visitar Myanmar, en donde buscó visibilizar la grave situación humanitaria de la etnia minoritaria musulmana de los Rohingya.
En esa preferencia por alcanzar las «periferias» antes que el centro, también se pueden analizar las visitas del Papa dentro de Europa.
Francisco fue a Bosnia y Herzegovina en 2015 a fomentar el proceso de paz en la región, pero aún no ha visitado los países denominados «centrales» de Europa, como Alemania, Francia y España.