El presidente de la Cámara de Diputados medió entre los sectores del oficialismo en medio de la tormenta política desatada por las renuncias de funcionarios que responden a Cristina Kirchner. Gestiones ante Alberto Fernández, Cristina y Máximo Kirchner. Qué piensa que hay que hacer tras la derrota en las PASO
Con reuniones y contactos, algunos públicos y otros más reservados, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, desempeñó hoy un rol clave para frenar la crisis política que se aceleró tras la presentación masiva de renuncias de funcionarios que responden a Cristina Kirchner. El dirigente del Frente Renovador mantuvo abiertos los puentes de diálogo entre el presidente Alberto Fernández, el líder de La Cámpora Máximo Kirchner y la Vicepresidenta, mientras subía la tensión por los desacuerdos sobre el rumbo del gobierno nacional tras la debacle electoral que sufrió el Frente de Todos en las PASO del domingo.
Tras la crisis política que se inició por la difusión de la renuncia de Wado De Pedro al Ministerio del Interior -y la ola posterior de dimisiones- Massa reunió a sus principales colaboradores en la sede partidaria de Avenida del Libertador y les transmitió un mensaje que apuntó a recuperar “la armonía y la sintonía” de la coalición oficialista, que se había roto al ritmo de la difusión por los canales de televisión y las radios de las dimisiones.
En los diálogos que mantuvo el presidente de la Cámara de Diputados enfatizó sobre la necesidad de que los cambios que eventualmente se den como consecuencia del mal resultado electoral deberían ser definidos con diálogo hacia adentro del Frente de Todos y con la participación de los sectores que integran la coalición oficialista. Ese planteo se escuchaba mientras por las pantallas se multiplicaban las noticias de nuevas renuncias y de que la crisis política podría traducirse en una crisis institucional.
En ese contexto, cerca de las 4 de la tarde, Massa se encontró con su esposa y titular de AySA, Malena Galmarini, y el ministro de Transporte Alexis Guerrera en las oficinas del barrio portñeo de Retiro. De allí, partió al Congreso, en donde se reunió con Máximo Kirchner, titular del bloque de diputados del Frente de Todos. Según pudo saber Infobae, luego Máximo Kirchner se trasladó al Senado para reunirse con la Vicepresidenta.
Massa estuvo esta mañana con el presidente Alberto Fernández en la Casa Rosada para dialogar sobre la aplicación de medidas económicas y la presentación del Presupuesto 2021, mientras se conocía la noticia que desató una crisis en el Gobierno.
Tras la derrota en las PASO, los ministros Eduardo De Pedro (Interior), Martín Soria (Justicia), Jorge Ferraresi (Hábitat) y Roberto Salvarezza (Ciencia y Tecnología) pusieron su renuncia a disposición del presidente Alberto Fernández, en un intento por forzarlo a realizar cambios en el Gabinete. Al fuerte gesto del kirchnerismo se sumaron las titulares del PAMI y la ANSES, Luana Volnovich y Fernanda Raverta, respectivamente e incluso el presidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani.
Por su parte, los ministros que responden a Alberto Fernández no se acoplaron a la estrategia impulsada por Cristina Kirchner para presionar al Presidente a reformar el Gabinete.
Ministros como Jorge Ferraresi, de Hábitat; Gabriel Katopodis, de Obras Públicas; y Elizabeth Gómez Alcorta, de Mujeres, Género y Diversidad; de Seguridad, Sabina Frederic; de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, indicaron que el lunes pusieron sus renuncias a disposición pero no formalmente.
La jugada política se había sumado a otros gestos similares en los gobiernos de la provincia de Buenos Aires y de Santa Cruz, también gestionados por gobernadores del kirchnerismo, que tuvieron lugar en el comienzo de la semana, pocas horas después de la derrota en las PASO. El lunes Alicia Kirchner le pidió a sus funcionarios que pongan la renuncia a disposición y este miércoles la ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García, informó que todo el Gabinete le presentó la renuncia al gobernador Axel Kicillof.
Hasta ayer el Presidente consideraba que el mejor camino era mantener el Gabinete, como mínimo, hasta las elecciones generales del 14 de noviembre. En línea con esa postura respaldó, desde lo simbólico, la continuidad del Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, con quienes se mostró en diferentes actos.
Desde el kirchnerismo pedían la cabeza de ambos en el corto plazo. Consideraban que eran los dos nombres propios que debían pagar la derrota del domingo. Cafiero como representante de la cúpula del Gobierno y Guzmán como el responsable de las medidas económicas, que no alcanzaron para poder generar el respaldo de la sociedad en las urnas.