Este viernes a la tarde hubo una masiva marcha en la localidad costera por las denuncias de múltiples casos de abusos sexuales a menores. Piden justicia
A mediados de junio de este año UNO Santa Fe dio a conocer la historia de una familia entera de Rincón que logró la condena de su padre abusador. C. A. O. de 57 años recibió 16 años de prisión por abusos sexuales y violencia de género, hechos cometidos entre 1984 y 2015 contra la expareja, hijas, hijos, hijastras y nietas. Las denuncias se realizaron en 2019 luego de una reunión de hermanas donde una de ellas pudo poner el tema sobre la mesa y hablar de los abusos que habían padecido de pequeñas.
A esos primeros relatos se sumaron más con las semanas, y finalmente fue condenado por seis hechos, aunque había más denuncias que no pudieron ser probadas por falta de pruebas que puedan ser presentadas en un juicio.
Este caso causó conmoción en San José del Rincón por la magnitud de la violencia, la cantidad de víctimas y el prolongado tiempo en el que el abusador accionó. A nivel judicial además resultó ser histórico por lo innovador, ya que se juzgaron situaciones que ocurrieron hace más de 20 años. “Pasó lo que pasa en la gran mayoría de este tipo de casos donde no se denuncia y donde hay secretos familiares. Los abusos se terminan en algún momento por diferentes razones y la vida sigue. Los abusos se cortan y no siempre hay posibilidades de denunciar, cuesta. De hecho el puntapié inicial es por una de las hermanas que no fue víctima de él, pero que comienza a recordar en su adultez situaciones de abusos que había presenciado. Y ahí comienzan a hablar, se hacen las denuncias. Fue lo que habilitó la palabra”, describió la fiscal Alejandra del Río Ayala hace un mes al hablar de este caso.
A partir de la publicación de esta historia algunas de las víctimas se contactaron con este medio para informar que fueron muchas las personas que se les acercaron para brindar apoyo por un lado, y en otros casos, para contarles que habían atravesado situaciones similares. Las hermanas decidieron entonces a principios de julio abrir una página de Facebook con el nombre Pañuelos Amarillos Rincón con el mensaje: «Estuvimos en tu situación, queremos acompañarte, escucharte y por sobre todo respetarte. Porque estuvimos en tu lugar, porque no sabíamos qué hacer ni en quién confiar, porque no sabíamos cómo actuar ni a dónde ir… Porque no nos sentíamos seguras en ningún sitio, porque lo vivimos y hubiésemos querido tener un grupo a nuestro lado, que contenga, que acompañe y que no opine. ¡Vamos a estar cuando vos lo creas necesario, y siempre cuidándote!».
A partir de la apertura de este espacio digital, las hermanas comenzaron a recibir mensajes de muchas mujeres y varones que necesitaron contarles sus propias situaciones donde resultaron ser víctimas de abusos sexuales en la infancia, todos de la ciudad de Rincón. Dos de los casos señalaron a un entrenador físico de triatlón y de natación identificado con las iniciales W. D. S. R. de 42 años y a su pareja, una mujer identificada con las iniciales S. N. A. de 30 años que era colaboradora en los entrenamientos, como agresores.
Las hermanas acompañaron a las víctimas en el proceso y a hacer la denuncia ante la Justicia. Luego, se sumaron tres casos más. Este jueves por la noche se realizó una manifestación frente a la casa de este hombre con un nutrido grupo de activistas y denunciantes. Finalmente W. D. S. R. y S. N. A. fueron detenidos y se encuentran en prisión preventiva. El fiscal que investiga es Matías Broggi. La audiencia imputativa sería este sábado en horario a definir aún por la Oficina de Gestión Judicial.
Hasta el momento son cinco las denunciantes (hoy todas mayores de edad) por abusos sexuales que van de acceso carnal a simple. Además, hay varios testimonios de exestudiantes que aportaron datos al caso contra la pareja. Los hechos ocurrieron en un lapso de hace seis y diez años, cuando las víctimas tenían entre 11 y 15 años. El lugar de los abusos habrían sido los espacios en que se desarrollaron las prácticas deportivas. Esto es tanto en un club de la ciudad de Rincón como en los viajes por natación o triatlón a otras provincias.
Otro referente vinculado al deporte es el caso del transportista Jorge Pereyra de 56 años, detenido hace dos semanas luego de una denuncia por abuso sexual que hizo su sobrina. La mujer también se acercó a Pañuelos Amarillos, que la acompañan. El fiscal que investiga es Roberto Olcese. Pereyra fue imputado por abuso sexual con acceso carnal calificado por la guarda y en concurso ideal por corrupción de menores y está en prisión preventiva.
Pañuelos Amarillos Rincón convocó a una concentración en la plaza principal de esa ciudad que tuvo una fuerte adhesión. «Este hombre como docente tenía muchos chicos a cargo, es muy conocido, entonces lo que buscamos es que si hubo personas que pasaron por lo mismo sepan que pueden ser escuchadas y que se animen a denunciar. ¡Los niños no se tocan!», dijeron las hermanas a UNO.
La marcha fue desde la plaza hasta la casa de W. D. S. R. hasta el arco de Rincón sobre la ruta 1 que es también la entrada a la ciudad. Durante la movilización se pidió justicia, se levantaron carteles en alto con los mensajes «yo si te creo» y «basta de abuso sexual infantil». Referentes de Pañuelos Amarillos le dijeron a UNO Santa Fe: «Tienen toda relación con el deporte los casos, porque W. D. S. R. hacía triatlón y natación, la mayoría de los niños de acá de Rincón pasaron por su institución. Jorge Pereyra era trasportista y llevaba a muchísimo chicos. Y Pelusa (por C. A. O.) militaba políticamente, hacía copas de leche y tenía escuelita de fútbol. También con chicos, los tres casos. Es mucha la indignación. Hoy en día sentimos decir ¿a quién me confiamos nuestros chicos? Porque eran referentes de acá, de la ciudad. Lamentablemente pasaba todo esto y son muchísimas las víctimas».
«El mensaje que queremos transmitir hoy es que le creemos a las víctimas, que acá estamos para acompañar y que se puede denunciar a estos abusadores. Pedimos justicia y animamos a las chicas y chicos a que puedan hablar. No queremos que estos tipos estén sueltos, libres, y en instituciones con niños y niñas a cargo sin ningún control», agregaron las activistas.