El ídolo argentino se dio una vuelta por el centro de entrenamiento en Las Vegas y dialogó con el plantel.
El día anterior, casi sin avisar, había pasado por el hotel donde se hospeda la Selección en esta previa olímpica en Las Vegas. Perfil bajo, estuvo en el comedor argentino y charló con Sergio Hernández y los jugadores. Incluso, a su manera, tiró algunos consejos de forma indirecta. Como a Leandro Bolmaro, a quien le dijo que no se preocupara si notaba hoy diferencias con los NBA -Argentina perdió de forma contundente contra Estados Unidos, el martes-. «Yo, en el primer torneo que jugué -Preolímpico 99-, me corrían de acá para allá como un muñequito», le dijo a quien posiblemente en pocos meses sea el nuevo argentino en la NBA. Así, siempre con sencillez y buena onda, charló con todos los que estuvieron ahí, siendo el mismo Manu Ginóbili curioso e interesado de siempre.
Este jueves, con la presencia de su amigo Adrián Paenza, Ginóbili apareció temprano en el Cox Pavilion, mientras los jugadores estaban en el gimnasio. Cuando los jugadores aparecieron en la cancha, fueron de a poco a saludarlo mientras él estaba charlando con Oveja Hernández. Alrededor de una camilla se armó un cónclave del que participó Luis Scola. El capitán había ido acompañado por dos de sus cuatro hijos varones, Tiago y Tomás, quienes rápidamente se pusieron a charla con el ídolo. «Quiero ver tu mecánica de tiro», le dijo al menor, quien se paró y la clavó de tres puntos. «Muy bien, eh», le dijo Manu.
Luego, junto a Paenza, siguió toda la práctica con mucha atención y, cuando finalizó, sin querer molestar, se acercó tímidamente a algunos jugadores. Facu Campazzo vino a su encuentro y estuvieron charlando un rato antes de hacer la divertida foto grupal por parte de Prensa CAB. «No hay mucho que decir, me gusta venir a verlos, estar cerca…», dijo Ginóbili, quien se retiró del básquet hace tres años y hace cinco, justamente en el anterior Juego Olímpico de Río 2016, de la Selección.
«Fue muy linda la visita de Manu. Hacía rato que no lo veíamos y su presencia siempre trae buena energía, buena vibra…. Nos suma mucho como grupo. Además, todos le estamos muy agradecidos por lo que significa como deportista y persona, alguien que ha trascendido nuestro deporte y siempre vuelve como uno más. Yo, puntualmente, estuve hablando algo de básquet porque él siempre quiere saber cómo está el equipo y cada uno de nosotros, sobre todo los más nuevos. Y también claro charlamos un poco de otras cosas de la vida», reveló Campazzo que se prepara para el debut en Tokio, el 26 de julio contra Eslovenia.