El ministro de Seguridad Jorge Lagna se refirió a los problemas de la ciudad de Santa Fe. Rescató el trabajo de coordinación con el intendente Jatón
El ministro de Seguridad, Jorge Lagna, visitó la redacción de UNO Santa Fe y en esta primera parte de una entrevista a fondo se refirió a los problemas de seguridad que aquejan a la ciudad de Santa Fe. También habló de cuáles son las estrategias para coordinar la lucha contra el delito sumando al municipio, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y organizaciones de la sociedad civil.
Lagna remarcó que «los altos niveles de la tasa de pobreza en el país, que están alrededor del 42 por ciento, generan mayor desigualdad, más violencia y más actividad para las fuerzas de seguridad».
Además, aseguró: «En el ministerio y en el gobierno todos entendemos que la inseguridad es un problema social, por lo tanto hay que atacarlo de una manera multiagencial. Nosotros hicimos un plan de recorridas barriales por vecinal en la mayoría de las grandes ciudades junto con los municipios. Mientras que en Santa Fe y Rosario, además de los equipos de Seguridad y del municipio, vamos a llevar a Desarrollo Social, la Secretaría de Género, queremos que participe Cultura porque queremos abordar el tema desde todo punto de vista. También queremos que esté el Ministerio Público de la Acusación, que es un actor con el que tenemos que ajustar el engranaje».
Al ser consultado en qué debería aceitarse la relación con el MPA, Lagna respondió: «Queremos que los fiscales nos acompañen a determinadas zonas. Ya hablamos con (el fiscal General de la provincia, Jorge ) Baclini para que ponga un coordinador».
El ministro de Seguridad, Jorge Lagna, se refirió a los problemas de seguridad que aquejan a la ciudad de Santa Fe.
El ministro de Seguridad, Jorge Lagna, se refirió a los problemas de seguridad que aquejan a la ciudad de Santa Fe.
José Busiemi/ UNO Santa Fe
—¿A usted le parece que la policía va a una velocidad y los fiscales a otra?
—No, lo que sucede es que con el nuevo sistema procesal penal, la policía es auxiliar de los fiscales. Tenemos barrios con distintos problemas y tener la decisión rápida del fiscal puede llegar a prevenir muchos tipos de delitos. Además, mi concepto de seguridad difiere del concepto que tiene la mayoría de los operadores de la Justicia. La Justicia dice que la seguridad es un problema del Ejecutivo, que a ellos el problema les llega con el delito consumado. Para mí eso es una media verdad, porque la seguridad también depende del compromiso y de la actuación de la Justicia o del fiscal.
—¿Hoy eso no está funcionando bien?
—Creo que la gente tiene un hastío importante por esta situación de pobreza, de desocupación, de falta de dinero y porque está confinada desde hace tiempo. Hoy el delito que más aqueja al común de la sociedad no es el narcodelito o el delito complejo, sino el delito rústico, el predatorio, el robo de la bicicleta, de la moto, del celular o la cartera. El sistema judicial, al cual le faltan recursos, tiene que ser visto en conjunto con el sistema de seguridad porque no están dando las respuestas adecuadas a la gente y hay cierta desazón en la sociedad. Si alguien robó una moto y no lo agarrás in fraganti, es encubrimiento. Y a lo mejor una persona tiene 15 encubrimientos y en realidad robó 15 motos. Si no hay un trabajo comprometido de ver los 15 legajos, mientras la víctima hace la denuncia el que robó la moto ya salió. No le estamos dando una respuesta vital a la gente. Por eso no podemos decir que somos departamentos estancos. Tampoco sirve echarse culpas, porque yo podría hablar de la puerta giratoria y ellos podrían hablar de que la policía no hace bien su trabajo.
—¿Ya se reunió con los ministros de la Corte?
—Me reuní con el fiscal Baclini, que es el más cercano a la Seguridad y vamos a seguir reuniéndonos. Después me voy a reunir con la Corte. Hay mucho por hacer en conjunto. Los Centros Territoriales de Denuncias, que es una buena iniciativa de la administración anterior, aunque estaban muy mal remunerados los jóvenes abogados que estaban a cargo, descomprimían el trabajo de la policía y, a su vez, creo que la gente tenía más confianza en contarle las cosas a ese abogado que a la policía. A esos centros les estamos agregando personal más capacitado, por lo menos una persona capacitada en género, y creando muchos más centros en la provincia. Eso también nos permite sacar policías del escritorio para tenerlos en la calle. Es clave la denuncia en el nuevo sistema procesal y por eso es importante que haya confianza de la gente para denunciar, porque si no hay denuncia no hay delito a menos que sea in fraganti. Con eso pusimos 1.000 policías más en las calles de Rosario y entre 400 y 500 más en Santa Fe. Eso ya se está viendo.
—¿Cuáles son los tres delitos que se cometen en la ciudad de Santa Fe que más le preocupan?
—Sacando al narcodelito, que es un problema de Rosario y, en menor medida de Santa Fe, el que más nos preocupa hoy es el predatorio. Es el robo, el hurto, la intrusión en hogares y lo que se visibilizó ahora es el delito intrafamiliar con la violencia de género y violencia familiar. La pandemia tal vez hizo que aumente este delito, la mujer está denunciando más y eso se está viendo en todos los departamentos de la provincia.
El ministro de Seguridad, Jorge Lagna, visitó la redacción de UNO Santa Fe
El ministro de Seguridad, Jorge Lagna, visitó la redacción de UNO Santa Fe
José Busiemi/ UNO Santa Fe
—¿Cómo impacta eso al interior de la fuerza policial, tienen que sumar más mujeres, capacitar más a los agentes?
—Había una reglamentación del gobierno anterior que establecía que solo el 30 por ciento de los ingresantes a la fuerza podían ser mujeres. Nosotros estamos ingresando ahora el 60 por ciento. Se trata de una cuestión de capacidad, no de género. La jefa de Policía es mujer y muchas jefas de unidades regionales son mujeres que cumplen muy bien su trabajo. Además estamos capacitando en género a la policía en toda la provincia y creamos una Subsecretaría de Género y Bienestar Policial. El censo que hicimos con la UNL de 200 preguntas para 20.000 agentes fue revolucionario. Nos dio mucha tela para cortar y para trabajar, sobre todo en el tema de género. En un país machirulo, ser mujer y policía en una institución cuasimilitar es muy difícil. Por eso hay que trabajar fuerte en género para adentro, con las mujeres y con los hombres. El sistema judicial es el sistema más colonial, más adverso a la temática de género. Es muy machista y heteronormativo.
—Usted ya mantuvo una reunión con el intendente Emilio Jatón, ¿en qué puede colaborar el municipio en seguridad, que es un problema provincial?
—Nosotros tenemos un concepto de seguridad local, que es uno de los capítulos de nuestra ley de seguridad que duerme en la Legislatura y que parece que se va a empezar a discutir. Sabemos que el intendente o el presidente comunal es el primero en recibir el problema. Los intendentes ponen mucho dinero de los vecinos en guardias urbanas, en sistemas de video vigilancia sin una planificación, con una mirada cortoplacista de salir del paso porque la gente se lo reclama, a pesar de ser una obligación constitucional de la provincia la seguridad. Ese insumo que tiene cada intendente es vital para elaborar un plan de seguridad para cada ciudad con las particularidades que tiene la inseguridad en cada ciudad o pueblo. La Mesa de Seguridad es una herramienta técnica, no es una mesa de reclamos. Ahí se analizan los recursos humanos y tecnológicos que tenemos para hacer un diagnóstico de lo que pasa en cada ciudad y empezar a crear acciones concretas que pueden ser un procedimiento conjunto para controlar motovehículos, que hoy es el vehículo de moda para cometer desde un homicidio hasta un arrebato. Vamos a intensificar esos controles no ya en las avenidas tradicionales, sino también ir a las entradas de los barrios. Se pueden prevenir muchos delitos como motos con pedido de secuestro, armas, drogas. Si a eso se le da intensidad redunda en un beneficio concreto a corto plazo porque la prevención mejora.
«También vamos a compatibilizar los sistemas de videovigilancia, que el centro de monitoreo local tenga acceso al 911 para colaborar mejor, diseñar un plan de intervenciones barriales a través de las vecinales, de las entidades de la sociedad civil como las iglesias católicas, la de los pastores, asociaciones empresarias y comerciales y armar un trabajo de red en el que estén el municipio, el Ministerio de Seguridad y otros ministerios como Desarrollo Social que hoy por la situación de pobreza es clave. Con Jatón lo hablamos y también queremos sumar al MPA».
—Estas medidas acordadas con Jatón, ¿en cuánto tiempo cree que se van a ver los resultados?
—Las medidas ya se estaban llevando a cabo y se van a profundizar. Eso ya tiene resultados concretos. Compatibilizar los sistemas de videovigilancia va a llevar un tiempo por una cuestión tecnológica. Pero ya logramos que el sistema de comunicaciones policiales del 911 –tetra–, ante cada denuncia el sistema de videovigilancia local va a colaborar con el patrullero guiándolo para prevenir el delito. Además, en la ciudad vamos a hacer intervenciones muy fuertes en los barrios Las Lomas y Cabal. Vamos a hacer inversiones en obras con un concepto en seguridad que va a hacer que esos barrios cambien totalmente. Con Javkin y con Jatón tenemos que lograr que la inversión en obra pública se haga también con el concepto de la seguridad para abrir avenidas, meter iluminación, penetrar con conectividad las villas de emergencia. Eso lo tenemos que diseñar entre todos.
«Otra medida que ya se ve es la mayor presencia policial en la calle y la coordinación con las fuerzas federales y con el personal municipal de control. La gente sigue pidiendo y nosotros tenemos que llegar a toda la ciudad. No podemos fabricar policías por más que duplicamos el egreso de policías, el año pasado y este año vamos a tener un tercio más. Mientras que con el programa de escuelas regionales del Isep (Instituto de Seguridad Pública) empezamos a reclutar jóvenes donde nadie quería ser policía porque tenían otras salidas laborales. Todos los policías eran del norte y tenían que viajar mucho para ver a sus familias. En la administración anterior, entre los policías que se jubilaban y los que se iban por otras causas, eran más los que dejaban la fuerza que los que se sumaban. Si a eso se le suma que la mitad era administrativa, que estaba en los escritorios, nos quedaba una policía muy cortita para cumplir el fin para el que fue creada, que es prevenir y conjurar el delito en la calle. Del 50 por ciento que teníamos en la calle ya pasamos al 60 por ciento y mi ambición es terminar mi gestión con el 70 por ciento de todo el personal policial, que hoy son 24.000, en la calle».
—Ministro, hoy usted decía que la policía tiene que llegar a toda la ciudad, ¿le dijo algo Perotti sobre el robo a la Casa de Gobierno?
—El sistema de custodia de Casa de Gobierno viene de años sin modificarse. Nadie saltó una reja nunca para entrar a una dependencia. Como nunca pasaba nada y las urgencias son tan grandes no cuidamos la casa grande. Por supuesto que vamos a mejorar el sistema e hicimos lo que teníamos que hacer, un sumario administrativo para deslindar responsabilidades de los policías que estaban ahí porque eso no puede suceder y mejorar la seguridad de la Casa de Gobierno. Es un hecho que tiene su importancia, pero tampoco la que unos pícaros quisieron darle.
—¿Usted descarta que no hayan estado buscando información?
—Se llevaron paquetes de yerba que iban descartando por el camino y una notebook que no andaba y una computadora. Eso fue un robo de un osado. No le doy ninguna implicancia política.