Kristalina Georgieva, titular del organismo financiero, sostuvo que es un «momento oportuno» para analizar esa iniciativa, pero dijo que se verá si hay consenso entre los países miembros para algún cambio, en una conferencia de prensa en el marco de la Asamblea de Primavera del Fondo y el Banco Mundial
La titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, dijo que evaluará la propuesta argentina de reducir o eliminar el sobrecargo de tasas aplicado a los préstamos, pero defendió ese mecanismo.
Georgieva consideró un «momento oportuno» para analizar esa iniciativa, pero dijo que se verá si hay consenso entre los países miembros para algún cambio, en una conferencia de prensa en el marco de la Asamblea de Primavera del Fondo y el Banco Mundial, realizada este año en forma virtual por la pandemia.
El Gobierno argentino busca que el FMI modifique su política de sobrecargos en la tasa de interés por la deuda, lo cual beneficiaría al país a la hora de pagar el préstamo de US$ 44.000 millones. El Gobierno considera injusto que haya un sobrecargo para los países que más dinero adeudan, una política establecida en el Fondo que se aplica a todos los países miembros.
La Argentina paga un 3% de tasa por su deuda, pero aspira a bajarla. El ministro de Economía, Martín Guzmán, es uno de los impulsores de esta propuesta. Este miércoles la volvió a exponer en la reunión de ministros del G20, como ha hecho en encuentros anteriores. La iniciativa fue presentada el lunes en el G-24, el foro de los países en vías de desarrollo, que también integra la Argentina.
Georgieva dijo que «Guzmán trae el tema cuando el Fondo va a hacer su revisión periódica de las tasas, y es el momento en cuando este tipo de cuestiones pueden ser discutidas». Pero aclaró que «hay una razón por la cual el Fondo introdujo en el pasado esos sobrecargos para los casos de acceso excepcional, y es crear un incentivo para países para moverse dentro y fuera del programa de la manera más efectiva y rápida posible».
«Dado que el Fondo es una institución prestamista de países que más bien afrontan dificultades, esto significa un alto riesgo y eso requiere al Fondo también construir principios, para los miembros, no para el directorio, para construir fortaleza a través de equilibrios preventivos», señaló. Explicó que «eso es en el sentido del manejo prudente de los recursos del Fondo. Pero, como dije, habrá una revisión por parte de los miembros y se verá cuál es el consenso de los miembros».
Consultada sobre si era posible que un acuerdo con la Argentina se extendiera más allá de octubre (luego de las elecciones legislativas), evitó dar precisiones. Dijo que había un «diálogo constructivo» entre los dos equipos y que continuarán trabajando. «Los dos equipos acordamos en una serie de principios amplios para el programa y continuaremos trabajando. Seguiremos avanzando y cuando haya un acuerdo se lo llevaremos al board de directores», indicó.
La Argentina también podría verse beneficiada con la reasignación de los Derechos Especiales de Giro (DEG), que es una inyección de fondos frescos que se distribuirían proporcionalmente entre los países miembros de acuerdo a su cuota parte en el organismo. Si la recapitalización fuera de US$ 650.000 millones, la cifra que discute, la Argentina recibiría unos US$ 4.400 millones.
El Gobierno espera poder utilizar esa suma para afrontar los vencimientos de este año si el acuerdo con el Fondo se posterga hasta luego de octubre. Consultada sobre la asignación de DEG, Georgieva dijo que el Fondo ha comenzado a trabajar sobre eso. Señaló que existe un «fuerte apoyo» sobre el tema: «Nos comprometeremos con nuestros miembros para asegurarnos de que las opciones que presentaremos tengan amplio apoyo y que se definan sobre la base de contribuir más eficazmente a las necesidades de los países vulnerables», indicó.