Los rojinegros ganaban 2 a 1 con goles de Negri y Cacciabue pero Huracán alcanzó la igualdad a minutos del final, y le generó otra frustración a la Lepra
Cuando terminaba el primer tiempo, Alexis Rodríguez se escapó por la izquierda de contra y con un solo jugador de Huracán como resistencia entraban Maxi Rodríguez y Cristaldo por el medio del área. El primo de la Fiera prefirió patear, y la pelota se fue desviada. Esa jugada volvió a la memoria colectiva cuando Núñez logró el empate para el Globo en el final del partido. Y el 2 a 2 quedó sellado. Y Newell’s sigue sin poder ganar en el 2021. Sumando así una nueva frustración.
Es que Newell’s lo tenía ganado. Y esa era la noticia. Porque hacía mucho tiempo que el equipo del Parque no festejaba una victoria. Tanto que era la primera del año. Por eso en esta ocasión no había nada más importante que el resultado en sí mismo.
Por eso las formas y las circunstancias del trámite poco contaban para los leprosos. Porque había que interrumpir esta extensa racha adversa primero para corregir después. Lo urgente era vencer. Ya vendría el momento mejorar. El equipo de Germán Burgos derrotaba a Huracán. En el Coloso. Para una feliz Pascua rojinegra. Pero al final todo se derrumbó cuando le empataron.
Es cierto que Newell’s no jugó bien. Es verdad que no articuló juego asociado. Pero apeló al esfuerzo y a la determinación para confrontar. Por momentos Huracán puso en aprietos al esquema defensivo rojinegro. Porque también es vedad que Newell’s marca mal. Y Burgos en esta ocasión no acertó con los cambios. Pero también la Lepra pudo ampliar la distancia. Porque en un partido con limitaciones técnicas, hasta lo menos pensado podía ocurrir. Y sucedió cuando Núñez igualó.
Como prólogo estuvo ese tiro en el travesaño que después el Gato Formica despejó sobre la línea con una chilena. Evitando la caída. Pero el triunfo luego se esfumó.
Triunfo que estaba logrando porque en Newell’s lo que no logran los delanteros, lo consiguen los laterales-volantes: goles. Y ambos procedentes de saques. Uno de un lateral y el otro del arquero Aguerre. Porque Franco Negri hizo el primero cuando todavía no se habían despeinado, y Cacciabue convirtió el segundo, asistido por el propio ex Belgrano. Dos conquistas que lograron sacar al equipo de Burgos de la incomodidad de un partido en el que Huracán ponía en apuro a la defensa rojinegra en cada pelotazo cruzado. Con el que había alcanzando la paridad temporal con un cabezazo de Cordero.
La temprana ventaja le permitió a Newell’s confirmar el recurso, porque el gol de Negri fue calcado al que consiguió en Tucumán. Y que en este caso no derivó de un rebote sino de una asistencia. Porque un lateral largo de Cacciabue fue peinado por Lema, la pelota le quedó a Cristaldo, que de espalda al arco la cedió para que el lateral volante rematara y definiera.
Pero desde hace un tiempo a esta parte Newell’s no logra sostener la ventaja. Por eso el empate llegó enseguida. A los diez minutos. Pero cuando no hay juego hay impronta. Y así un saque largo de Aguerre dejó la pelota en Cristaldo, quien otra vez la cedió para Maxi, derivó en Negri, y el centro pasado descubrió a Cacciabue para empalmarla de aire y festejar.
Es que por la izquierda del esquema defensivo de Newell’s los visitantes encontraban el hueco para desbordar, y allí el mayor problema era que Sforza no lograba relevar con certeza y Cabral evidenciaba lentitud para cubrir los espacios.
Y vale recordar otra vez que cuando el primer tiempo buscaba el final, Newell’s tuvo la chance de definir ahí el partido, pero Alexis Rodríguez pateó al arco desviado sin asistir a Maxi y Cristaldo. Con el gol de Huracán en el final, esa imagen se hizo presente. Y la Pascua rojinegra no fue la esperada. Porque lo que era victoria mutó en otra decepción. Y la racha sigue sumando datos negativos.