En el día de su aniversario 116°, el club amaneció convulsionado por un pasacalle con un mensaje claro. “Está cambiando el club, falta la barra… Dirigentes no se metan”, decía. ¿Por qué?
Boca festeja su 116° aniversario este sábado y es costumbre de algunos poner un pasacalle alusivo como demostración de amor. Sin embargo, el que apareció esta madrugada en la puerta 3 de La Bombonera tiene poco que ver con ello. «Está cambiando el club, falta la barra, dirigentes no se metan», decía la pancarta que suma un capítulo a la guerra interna que ya comenzó y no quiere interferencias desde adentro del club. Uno más luego de lo que pasó el miércoles en el mundo político y judicial que le dio todavía más fuerza al anhelo del grupo de Lomas de Zamora para ir por las cabezas de Rafael Di Zeo y Mauro Martín, ni más ni menos.
El pasacalle se le adjudica a la facción La Boca de La Doce. Sí, desde el mismísimo barrio azul y oro llegó la amenaza de un grupo que perdió terreno por la pandemia y sin los hinchas en las tribunas. Se cayeron la venta ambulante, los puestos de comida y los trapitos, sus principales fuentes de ingresos. Trataron de negociar el reparto de otros negocios que sí mantiene la barra oficial, como la venta del merchandising característico -a cargo del grupo que encabeza Di Zeo- y también de mensualidad que se recibe desde tiempos inmemoriales. La respuesta fue tajante: ‘no’.
Ante esa negativa, la facción con militantes históricos de la tribuna xeneize como Santiago Lancry -desde la época del Abuelo-, los Mellis Fernández -apreciados por parte de la actual comisión directiva- y los hermanos Varela decidieron empezar a separarse de Di Zeo, Martín y compañía, algo que fue visto con buenos ojos desde Lomas de Zamora, al mando de Walter Coronel, quien maneja de la barra de Los Andes. Este último, también afuera de los negocios y diciendo ser perseguido desde cerca por la Justicia y la Policía gracias a los contactos de Di Zeo.
El Superclásico pasado dejó una huella en La Doce que empezó a enrarecer el clima. Di Zeo mandó a su grupo a retirar varias banderas de los barrios habitué de la segunda bandeja con el argumento de que quienes las pusieron se sacaron fotos y las publicaron sin el visto bueno de los capos máximos. Tras el 1-1, estos barrios debieron unirse para que La Doce no tome el control de esas banderas. La propuesta, lejos de ser aceptada, era «a partir de ahora, nos las llevamos nosotros, se las colgamos cuando juega Boca y listo, se las devolvemos recién cuando vuelva el público a las canchas». Pesos pesados de Seguridad tuvieron que intervenir para evitar una batalla entre los bandos.
Esto se suma a lo que pasó hace dos semanas, cuando los de Lomas quisieron pelear por el poder en el club Leopardi -de la familia Martín- y no encontraron a sus rivales pero se llevaron una causa judicial iniciada de oficio por la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana a cargo de Juan Pablo Sassano, que recayó en la fiscalía 35 de la doctora Celsa Ramírez. Por esto, la disidente creyó ver cómo de nuevo la política hacía lo suyo, pero este miércoles llegó una novedad que, por el contrario, empezó a hacer pensar que hay menor protección: se desarchivó una vieja causa de 2020 en la que estaban involucrados los hombres más poderosos de La Doce. Di Zeo, Martín y sus más cercanos fueron citados a indagatoria bajo la acusación de impedir el normal funcionamiento de transportes e instalaciones afectadas a un evento deportivo, delito previsto en el artículo 9 de la Ley del Deporte y que tiene pena de hasta tres años de prisión. Es por querer parar el micro de Gimnasia para darle una plaqueta a Diego Armando Maradona, el día que Boca fue campeón de la Superliga (8 de marzo).
Según las investigaciones, estos habrían violado el perímetro en el que tienen prohibido acercarse al estadio por el derecho de admisión. Pero eso no fue todo, porque una vez consumada la consagración quisieron desviar otro ómnibus, ahora el del propio plantel de Boca, para festejar. La fiscal del caso archivó el expediente el 17 de marzo, pero el Cuerpo de Investigadores Judiciales del Ministerio Público Fiscal -muy involucrado en causas de violencia en el fútbol- se opuso. Así no solamente se concretó el desarchivo, sino también que sean citados a declarar. De un lado no saben si les soltaron o no la mano, mientras del otro avisan que van por todo. Continuará…