El futbolista cordobés violó el toque de queda y los protocolos sanitarios para prevenir la propagación del COVID-19.
El cordobés Paulo Dybala quedó en el ojo de la tormenta por haber participado de una fiesta clandestina en Italia, a la cual asistió junto a otros dos compañeros de Juventus y en donde se violaron protocolos para evitar la propagación del COVID-19.
Según informó el diario italiano Tuttosport, la fiesta fue organizada en la casa del jugador estadounidense Weston McKennie y estuvieron presentes Dybala y el brasileño Arthur junto a sus respectivas parejas. En el lugar hubo más de diez personas y la celebración se extendió más allá de las 23 horas, volando el toque de queda que impide a la gente salir a la calle después de las 20.
La policía italiana intervino por una denuncia de algunos de los vecinos de McKennie y la investigación permitió definir que en la reunión realizada en la casa de las colinas de Turín, estuvieron Dybala y Arthur, «con sus parejas y otros amigos».
«Los funcionarios policiales multaron a los presentes por violar las regulaciones anti-Covid. Los tres jugadores de la Juventus también deberán enfrentar a una sanción del club, que primero escuchará la versión de los afectados» señalaron hoy desde la institución de Turín .
En el caso de Dybala, quien ya se contagió COVID-19 en 2020, estaba en condiciones de volver a jugar el sábado ante el Torino en el clásico de la ciudad, luego de más de dos meses sin actividad a causa de una lesión que lo alejó de las canchas.