La mamá del hijo menor del futbolista dio detalles de su vida con el astro, recordó como se conocieron, lloró al contar qué le responde a su heredero sobre su ausencia y aseguró que Rocío Oliva tendría que haber entrado al velorio
A 102 días de la muerte de Diego Armando Maradona, una de las voces más esperadas era la de Verónica Ojeda. En medio de la batalla mediática y judicial que se vive después de su fallecimiento, quien fuera su pareja durante casi diez años y madre de Dieguito Fernando, no había hablado hasta esta noche. En diálogo con Luis Ventura en Secretos Verdaderos, Ojeda reveló cómo es su vida, y sobre todo la de su hijo, después de la muerte de Maradona.
“Estoy pasando un momento difícil como toda la familia y todos los argentinos, más que nada por mi hijo. No hay un día que no me diga ‘quiero ver a papa; mamá, llevame al cielo que quiero ver a papá’”, contó Ojeda, y agregó que evita que el pequeño vea la televisión, en la que todo el día se habla de su padre. Un día sin querer vio el noticiero y escuchó algo terrible “¿Mamá, por que los médicos no pudieron salvar a papá?”, le preguntó. Verónica se quedó sin respuesta y se largó a llorar. “Le dije que se quería ira al cielo con sus papás, con tus abuelos. ¿Cómo le decís a un nene de ocho años que a su padre lo mataron lentamente?”, preguntó con amargura.
En una relación con idas y vueltas, Diego y Dieguito de a poco fueron reconstruyendo su vínculo, compartiendo diferentes momentos, muchos con la pelota como nexo. “Lo único que quería es que disfrute a su papá, gracias a la pandemia pudieron reencontrarse”; relató Ojeda. Pero el acceso a Diego era cada vez más difícil, y según contó, el que controlaba el acceso al teléfono era Charly, el personaje apuntado como quien le llevaba la droga a Maradona hasta poco antes de su fallecimiento y vinculado a Rocío Oliva, última pareja del Diez.
“Me habían bloqueado el teléfono, llamé desde el celular de la psicomotrista que lo atendía a Dieguito, y ahí me pude comunicar y pudimos retomar el contacto”, señaló Verónica, aunque no fue la única vez que sintió que le restringían el acceso a Diego, y relató un hecho que vinculaba a otro entorno. “Muchas veces no me dejaron entrar. Una vez llego a Dubái y me esperaban los árabes alabándome, porque allá me quieren mucho. Me instalo en el hotel. Voy a la casa de Diego y no me dejan ingresar al barrio La Palmera. “La señora Verónica Ojeda”, decía en grande que no podía ingresar. Eso lo había ordenado Cecilia Ergueta, la socia de Claudia Villafañe. En ese momento él estaba con su última pareja. Vivían todos juntos. La casa de Diego era como un hotel. Tenía siete habitaciones”, contó Verónica en relación a un viaje a los países árabes.
Sobre el vínculo que tenía Claudia con Rocío, Ojeda confirmó que se pusieron la misma camiseta en algún momento. Y agregó: “Claudia es la madre de sus hijas. Yo tendré muchos problemas, pero es la madre de sus hijos. Rocío solo su pareja… Claudia manejaba negocios con Diego. La otra chica no”.
A pesar de estas diferencias, Ojeda sorprendió con una frase: “Me pareció incorrecto que no la dejaran entrar al velatorio. No sé quien fue, pero tendría que haber entrado y saludarlo. Fue su último amor y tendría que haber estado”, señaló. Días atrás, durante su llamado a Polémica en el bar, Claudia Villafañe negó haber sido ella quien le negó el acceso a Oliva y apuntó a Víctor Stinfale, el abogado que junto a Matías Morla representó al astro durante sus últimos años. Respecto a su situación en el velatorio, contó que nunca dudó de su autorización por ser la mamá de Dieguito Fernando, y reveló que llamó a Morla para ofrecerle que entre con ella. “Nunca me atendió. Entonces llamé a su hermana Vanesa para que le avise”.
Además, contó que no tuvo mucha relación con Claudia. “Crucé muy pocas palabras, cuando vivíamos en Devoto y ella pasaba a buscar a hijas. Esos cruces de ‘hola, qué tal’”, reveló. La internación de Diego del 2007 las unió a la fuerza. “Hablé con ella que estaba en representación de sus hijas que eran menores de edad. Por eso mi enojo en esta internación. No me dejaban ir a las reuniones y yo en el 2007 dejé que participe Claudia en representación de sus hijas”, señaló.
En un panorama general entre la tristeza y el enojo, Verónica recordó con felicidad el día que conoció a Diego en un casamiento en Lanús. “Tenía 45 años y estaba impecable. Yo no lo conocía, las familias no se conocían. Diego me vio y vino derecho. Le pidió permiso a mi papá para sacarme a bailar. Diego tenía esas cosas de antes”, evocó.
En casi dos horas de programa, Ojeda tocó todos los temas que guardó en estos más de cien días de silencio. Reveló que perdió dos embarazos de Maradona, se refirió a su relación con el último entorno y contó cómo es la relación de su hijo con el resto de sus hermanos.
Los otros dos embarazos de Diego
“Yo quedé embaraza de Dieguito en Dubai, me lo dijeron delante de Diego. ‘¿Como si tengo el diu?, contesté. ‘Estas embarazada’, me dijeron. Diego dijo que no podía ser. Me hicieron ecografía y estaba embarazada. Diego se enojó. Le echó la culpa al doctor Cahe. Y la realidad es que lo querían sacar de lugar como médico de Diego”, relató sobre el hijo que tuvo con el ex jugador.
Entonces contó que después de aquella gran pelea con Diego, vino la reconciliación. “Me vuelvo a arreglar con Diego. Estuve embarazada… de una nena. Me da tristeza. Hicimos análisis para ver porque perdimos embarazos. No era mi culpa. Era culpa de Diego. No quiero hablar de eso, porque sufrí mucho”, admitió al borde de las lágrimas.
A continuación, relató que antes de tener a Dieguito había perdido otro embarazo: “A Diego lo presionaban. Lo llamaban por teléfono. Lo volvían loco. En ese primer embarazo que perdí me hice un adn porque decían que no era de Diego. Sufrí tanto que hice la prueba, estaba Don Diego, que me adoraba”, señaló en relación a su suegro, que completó con una anécdota del día en el que se incendió su casa de Devoto. “Le dije que se viniera conmigo. Lo subí a la camioneta y estuvo varios meses viviendo en casa”.
El último entorno
“Yo creía en los médicos, en Cosachov. Me resultó muy doloroso que ella hable así de mi persona. Siempre quise ayudarla. Lo mismo con Carlos el psicólogo. Yo hablaba mucho con Vanesa Morla, con quien tenia una excelente relación. Y con Maxi Pomargo. Me dolió mucho después enterarme un montón de cosas. Yo no iba todos los días, pero casi todos los días. La única que iba era Jana”.
“Yo fui a la ultima reunión en la Clínica Olivos. Entre todos. Entre los hijos, las hermanas de Diego y los médicos. En esa reunión tenían todo coordinado de cómo iba a ser la casa. Alquilaron eso para que estuviera mas cerca de sus hijas. Era una internación domiciliaria. Pero sus cosas estaban en Brandsen, la mitad. Por eso hubo dos mudanzas. En esa ultima reunión le dije a Vanesa que si iban a internarlo, la habitación de Diego tenia que ser como una clínica. Con todo instalado. Se lo dije a Vanesa, pero no me hicieron caso”.
“Cuando le alquilaron la casa en Tigre, la habitación de él era un playroom en la planta baja y el resto de las habitaciones y los baños estaban arriba. Abajo había un toilette, de visitas, sin duchas ni bidet, y a Diego le costaba subir a ducharse y arreglarse. Los últimos días no quería subir entonces le pusieron un baño ortopédico, que usan los ancianos. Ese baño estaba adentro de la habitación a un costado”, contó y agregó que en Brandsen sí tenía habitación con baño abajo.
“Charly le facilitaba la droga y el alcohol. Yo lo he visto. Un día llegue a las dos de la tarde y estaban tomando vino. Yo veía esas cosas y me iba, porque tenía que priorizar a mi hijo cuando Diego estaba mal. Yo ese día voy a buscar a Dieguito a la habitación de su papá y había mucho olor a marihuana. Y tenía un montón de marihuana en la mesita de luz. Y él no estaba bien. Inmediatamente me llevé a Dieguito. Y llamé a Matías y le dije que saquen a ese tipo. Y Matías me dijo: ‘¿Qué querés que haga?’”
Dieguito, sus hermanos y la herencia
“A Diego Junior lo ayudé un montón en su momento. Hoy por hoy no tiene relación con Dieguito ni llama. El 13 de febrero, el día de su cumpleaños, hizo un posteo pero no lo llamó. A Jana también la ayudé un montón, para que tenga un vínculo mas afectuoso y hoy es la única con la que tiene contacto, lo vino a ver la semana pasada. Gianinna me llamó por teléfono para el cumpleaños y se preocupó cuando hubo un problema con la obra social, pero no lo vio más. Con Dalma no tuvo relación, lo conoció el día del fallecimiento de Diego”.
“Jana no tiene nada. Ni un departamento. Esté alquilando. Antes de que Diego falleciera, ella quería comprarse un auto. Se lo había pedido al padre, y yo le aconsejé comprarse una casa. Diego Junior no sé qué tiene y qué no tiene. No tengo relación, me decepcionó tanto que no le sigo los pasos, no me interesa. Yo hace 16 años que estoy en el universo Maradona. Aprendí algo. Ahora soy cautelosa y precavida por Dieguito. El día de mañana va a ver todo esto, entonces freno, porque no dejan de ser los hermanos. Si el día de mañana los tiene que insultar, que lo haga él. Es bravo, imaginate, es cruza de Diego y Verónica”.
Los noticia que nadie quería escuchar
“Un periodista me llamó y me preguntó por él. Le dije que había hablado el día anterior. Y que estaba esperando a la piscomotricista de Dieguito para ir. El periodista me dijo ‘llamalo ya porque algo estaba pasando’. Llamé a Diego, a Maxi a Vanesa, que me atendió y me dijo Diego se había descompuesto y que vaya. Llame a Mario y fui. En el camino me entero que Diego falleció”.
“Los otros hijos de Diego son grandes. Dieguito no disfrutó otras cosas que disfrutaron los demás. Era su papá, se tiraba arriba del sillón a jugar con él. Atravesar todo esto es muy difícil y estos días fueron terribles, de llorar, llorar y no parar de llorar. Tengo una angustia terrible. Yo solo soy la madre de Dieguito Fernando, más de eso no podía hacer. Ahora veo en la tele como lo manejaban o le ocultaban. Veo esas cosas y digo fui una tarada”.